Los más creyentes de la fe católica y cristiana están constantemente comunicándose con Dios, incluso aquellos que no se consideran de la religión, sino que tienen otro tipo de creencias, pero creen en Dios, también lo hacen, pues se trata de una forma de conectarse con Él.
Pero ¿Dios nos responde? ¿En verdad nos habla? Y si es así ¿Cómo podemos escucharlo? Estas son preguntas totalmente validas, porque a todos nos gustaría que Dios nos hablara de manera clara y directa, dando respuesta incluso a nuestras preguntas y solución a nuestros problemas.
Sin embargo, “Si alguno tiene oídos para oír, que oiga” (Marcos 7 - 14), es un fragmento de la Biblia que nos da un mensaje importante cuando se trata de escuchar a Dios, porque no nos habla de la forma en que quisiéramos, y a veces, no lo escuchamos por no estar atentos.
¿Dios nos habla? ¿De qué manera?
- A través de la revelación divina. Dios ha revelado su voluntad y su palabra a través de textos sagrados, por lo que quizás nos hable con escritos, no solo de la Biblia, sino otros.
- Meditación y oración. Al entrar en un estado de calma y silencio interior, se crea un espacio adecuado para escuchar la voz de Dios a través de lo que se dice en el medio o de recibir imágenes y mensajes en la mente.
- Una voz interior que habla. Algunas personas experimentan la guía de Dios a través de una voz interna o una sensación intuitiva que les ofrece dirección o respuesta a sus preguntas y preocupaciones, aunque en este caso se debe distinguir entre la voz de Dios y los pensamientos o deseos personales.
- Eventos y experiencias de la vida. Algunas personas encuentran que Dios les habla a través de eventos y experiencias significativas en sus vidas, que pueden ser interpretados como señales o mensajes divinos que nos brindan dirección, consuelo o enseñanzas ante las peticiones o suplicas que hemos hecho.
¿Cómo podemos escuchar a Dios?
- Leer sobre Dios. Este es un excelente momento para tomar la Biblia y escoger un libro o una página y empezar a leer, pidiéndole a Dios que te guie, lo cual también aplica para otras cuestiones de Dios en cuanto a la lectura, para que quizás, encontremos justo lo que necesitábamos para escuchar sus palabras mientras lees.
- Esperar en silencio. Tomarse el tiempo para estar en silencio y tranquilo, tanto en meditación como en oración, puede ayudar a calmar la mente y abrirnos a la posibilidad de escuchar a Dios, solo debes estar dispuesto a ello.
- Estar atentos. Tener una actitud de atención plena y estar presentes en el momento, puede permitirnos captar los posibles mensajes o señales que Dios nos envía a través de diversas formas como las que se han señalado.
- Hablar del tema. Compartir nuestras experiencias, inquietudes y preguntas con personas de confianza, líderes espirituales o comunidades religiosas, puede brindarnos diferentes perspectivas y ayudarnos a discernir y comprender mejor la voz de Dios en nuestras vidas, incluso, a través de ellos Dios podría estar hablándonos.
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