Domingo de Guzmán nació el 8 de agosto del año 1170 en la ciudad de caleruega, Reino de
Castilla. Fue hijo de Félix Nuñez de Guzmán y Juana de Aza reconocida como beata en el año
1828, perteneció a una familia consagrada al cristianismo siendo el menor de tres hermanos,
llamados Antonio y Manés, este último fue uno de los primeros beatos de la orden dominicos.
Su gran y notable vocación desde temprana edad lo acercó de manera espiritual hacia Dios
otorgando a San Domingo de Guzmán la virtud para influir y ayudar en el sistema religioso
predicando la doctrina por toda la población, siendo canonizado como santo y reconocido por
sus numerosas labores religiosas.
¿Quién fue San Domingo de Guzmán?
Domingo de Guzmán fue un sacerdote católico, fundador y fraile encargado como maestro de
la orden de predicadores y presbítero castellano, que además cursó sus estudios de teología
convirtiéndose en un religioso destacando por su gran habilidad para predicar la palabra de
Dios.
Sabía escuchar y hablar para exponer con total amor y devoción la verdad y el evangelio,
siendo la pasión de su vida vivir con Cristo aprendiendo de él toda su santidad y deseando que
la luz de Cristo se extendiera entre todos los hombres.
Siempre se caracterizó como un hombre sencillo con una profunda vida interior, muy
compasivo, espiritual y humilde, dejando un gran legado de paz y valores fundamentales como la dignidad, la solidaridad, la búsqueda de la verdad y el bien común entre sus seguidores, fue venerado por la iglesia católica, anglicana y luterana.

Historia de San Domingo de Guzmán
Domingo de Guzmán nació en el año 1170 en el seno de una familia con una profunda creencia
en la religión católica, a la edad de 7 años fue educado por su tío el arcipreste don Gonzalo de
Aza hasta que cumplió 14 años de edad, a partir de ese momento se fue a vivir a Palencia
donde comenzó sus estudios de artes (en humanidades y filosofía) y teología, además de
cuatro cursos de docencia y magisterio universitario.
Al culminar la carrera de artes recibió la tonsura y se hizo canónigo regular de la catedral de
Osma en el año 1190. Y a la edad de 28 años le fue encomendada la presidencia de la
comunidad de canónigos y del gobierno de la diócesis en calidad de vicario general de la
misma gracias a sus relevantes cualidades intelectuales y Morales.
Tuvo que realizar muchos viajes a través de Francia ya que en el año 1205 por encargo del rey
Alfonso VIII de Castilla tuvo que acompañar al obispo Osma Diego como embajador
extraordinario para concertar en la corte danesa las bodas del príncipe Fernando, allí vio de
primera mano los estragos que en las almas producía la herejía albigense estableciéndose en
Lanhüedoc como predicador de la verdad entre los cátaros, rechazando a los obispados para lo que había sido elegido canónicamente.
Su deseo por remediar los males que la ignorancia religiosa producía en la sociedad, se
establece en Tolosa la primera casa de su orden de predicadores en el año 1215 y en ese
mismo año asistió al concilio de Letrán donde solicita la aprobación de su orden el cual fue
confirmada la orden de frailes predicadores cuando recibió al Papa Honorio III después de
solicitar su aprobación.
En el año 1217 retorna a Francia y repartió a sus frailes, enviando cuatro España y tres a Paris
decidiendo él marchar hacía Roma, tiempo después enviaría a los primeros frailes a Bolonia. En
el año 1920 asiste al primer capítulo general de la orden celebrado en Bolonia en la fiestas de
Pentecostés, en el cual se redacta la segunda parte de las constituciones, para el año 1221 en el siguiente capítulo celebrado también en Bolonia acordó la creación de ocho provincias.
Una vez estructurada su orden a la perfección con más de 60 comunidades en funcionamiento
la salud de San domingo de Guzmán se fue deteriorando, sufrió un agotamiento físico
producido por una enfermedad que lo aquejaba, falleciendo el 6 de agosto de ese mismo año
en el convento de Bolonia a los 51 años de edad. Fue gran amigo de San Francisco de Asís a
quien visitó en numerosas ocasiones.
Tuvo una vida apasionante por su gran amor hacia Jesucristo, con una espiritualidad única que ha sido representando a lo largo de la historia por los mejores artistas de la época y según sus estilos.
Cada símbolo que lo representa es una de sus facetas más fundamentales de su vida como; la estrella (que transmite luz y fe), el libro (significa la palabra de Dios), el perro con la antorcha (por su misión como predicador) y la azucena (la paz y pureza de su vida).
fue considerando a este noble y humilde religioso como un ser de amor que luchaba por sembrar en los hombres el amor por Dios y creía firmemente que a través de la oración las almas dormidas podían despertar.
Vivía consagrado durante el día por su amor al prójimo y durante la noche a servir al señor Jesucristo y demostrando siempre su gran devoción por los más necesitados y principalmente por Jesús siendo venerado en numerosos países tanto de Europa como: España e Italia, así como de América latina entre ellos Ecuador, Guatemala, Argentina, costa Rica, México, Panamá, Nicaragua, República Dominicana y Venezuela.
Milagros atribuidos a San Domingo de Guzmán
En vida San Domingo de Guzmán realizó numerosos milagros antes de su fallecimiento, cuenta
la leyenda que muchos fueron testigo de su sanación entre ellos liberó a 26 personas de
posesiones demoníacas, y curó a 12 enfermos, 19 ciegos, 14 cojos, 7 paralíticos, 4 mudos, 1
sordo entre otros casos, siendo los más destacados:
Recibió el Santo Rosario
Cuenta la leyenda que en el año 1214 Santo Domingo recibió la aparición de la virgen quien le
entregó el Santísimo Rosario para poder hacer conversión de los herejes, los moros y los
pecadores, además le dijo que difundiera a través del mundo esa poderosa reliquia.
Se dice que el primer milagro de San Domingo con el Santo Rosario fue cuando se enfrentaron
los cruzados y los albigenses, ambos bandos sitiaron la plaza fuerte de Muret con 40.000
infantes y 3000 caballeros, durante el combate Santo Domingo de Guzmán junto a los obispos,
sacerdotes y muchos fieles convencido de que la victoria debía de ser un bien para la fe
católica, ignorando a toda la política, rezaron el Rosario implorando el triunfo de los que
defendían la causa de la fe.
Una vez que la fe católica alcanzó la victoria se atribuye este éxito a las plegarias hechas por
iniciativa de San Domingo.
El libro y el hereje
Se dice que un día San domingo arrojó al fuego su libro y a su vez un inconfeso hace lo mismo
arrojando su libro al fuego, el fuego consumió un libro y el otro no, siendo el de San Domingo
el que no fue devorado por las llamas.
Se abrió paso en la tempestad
Este milagro ocurrió en uno de los viajes de San domingo a Roma fue durante las fuertes las
lluvias que el camino se hacían incesables inundando todo a su paso, cuenta la leyenda que
para poder pasar San Domingo hacia con el agua la señal de la santa Cruz y se abría paso entre la tempestad, este milagro fue contado por uno de sus amigos de viaje.
Beato/Santo San Domingo de Guzmán
San Domingo de Guzmán fue canonizado en el año 1234 por el Papa Gregorio IX, su fecha de
festividad se celebra el 4 de agosto.
Oraciones a San Domingo de Guzmán
Oración para la espiritualidad y fortaleza
Oh glorioso patriarca Santo Domingo!, gloria de España, amparo de la fe y fundador de la sagrada orden de los Predicadores.
Tu nacimiento fue lleno de prodigios divinos, tu niñez amable, tu vida admirable, tu doctrina más del cielo que de la tierra, con la cual, y con los ejemplos de tus heroicas virtudes e innumerables milagros que el Señor obró por ti, convertiste a la fe católica a innumerables herejes.
Reformaste las costumbres extraviadas de los fieles, instituiste una orden de varones apostólicos que sustentase la Iglesia que amenazaba ruina, y llevase por la redondez de la tierra la doctrina del Evangelio, resistiese a los enemigos de la fe y fuese sol y luz del mundo.
Yo te ruego y suplico, ¡oh padre santísimo!, que me alcancéis la gracia de aquel Señor que te adornó de tantas y tan grandes gracias y virtudes, para que yo te imite en la pureza de mi alma y cuerpo, y en aquella ardentísima caridad con que tan amablemente llorabas los pecados ajenos y te castigabas por ellos.Y quisiste ser vencido por rescatar el hijo de la viuda, y deseaste y procuraste ser mártir por el Señor; y aquella profundísima humildad y menosprecio del mundo, en la penitencia, en la mortificación de mis pasiones, en la oración y devoción a la Santísima Virgen nuestra Señora, que tu en tan sublime grado tuviste, para que siguiendo tus pisadas con tu favor, sea partícipe de tus altos merecimientos y de la corona que tu posees en el cielo. Amén.
Oración y plegaria a Santo Domingo
Padre Domingo, Santo de Dios, hombre evangélico de oración y apostolado. Ayúdame a seguir a Cristo contigo desde el camino de la pobreza y de la fraternidad. Enséñame a vivir el Evangelio íntegro para ser testigo de otra verdad y otra esperanza.
Que tu vida me estimule, que mi entrega ilumine mi oración y mi estudio para que, como tú, sienta la urgencia de transmitir a los demás lo que contemplo y lo que vivo en Dios.
Quiero aprender de ti a ser: Dócil al Espíritu, confiado en la providencia del Padre del cielo, constante en la oración, convincente por mi estilo de vida, generoso para servir, valiente para emprender, en la alegría agradecido, en el dolor esperanzado, en el cansancio fuerte, en el convivir sincero.
Padre Domingo, hombre de Dios, ayúdame a vivir la medida del amor, ayúdame a dar la respuesta viva ala incesante llamada de Jesús. Amén.
Oración para pedir por la gracia divina
Gloriosísimo Padre mío Santo Domingo, elegido de Dios para sus grandes designios en el mundo, predilecto de la Reina de los cielos, cuyas glorias y amor publicasteis y difundisteis, obtenednos nuevamente el triunfo de la verdad sobre el error y apartad el brazo vengador de la Divina justicia sobre los pecadores.
Vos, que fuisteis columna de la Iglesia, alcanzad para ella eficaces y oportunos auxilios, gran fervor y espíritu apostólico a sus ministros y piedad y pureza de costumbres al pueblo cristiano.
Oh modelo de santidad y penitencia, hijo fiel y amante de María, que merecisteis que esta gran Señora cobijara en el cielo bajo su manto amoroso a vuestros hijos, obtenednos de ella que sostenga nuestra debilidad para no apartarnos en la tierra de las enseñanzas del Evangelio.
Bendecid, Padre querido, a nuestra Orden, sus casas religiosas, sus misiones, predicadores, cofradías, patronatos, asilos, colegios y universidades. Y ya que en la tierra fuisteis poderoso en obras y doctrinas, sea también eficaz en el cielo vuestra intercesión para alcanzarnos santa vida y dichosa muerte. Amén.
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